El Gobierno chino ha expresado su ánimo de incentivar la inversión extranjera anunciando medidas de simplificación de los procedimientos para la aprobación de proyectos de inversión y equiparando el clima de negocios entre las empresas nacionales y las foráneas.
Para ello se elimina el procedimiento de revisión y aprobación administrativa previa con carácter general a la instalación de establecimientos permanentes de entidades extranjeras, salvo para ciertos sectores protegidos y listados, que sí seguirán requiriendo esta previa autorización.
Si bien es un avance positivo, estas medidas han sido consideradas poco ambiciosas y escasas, dado que aún se está lejos de facilitar la instalación privada y extranjera en China, según han manifestado diversas organizaciones empresariales principalmente europeas.
Además, se mantienen prohibiciones para proyectos en sectores con problemas de sobrecapacidad productiva, como el acero y el aluminio.